Qué oportunidades tiene la carne sintética en el mercado argentino
Entre otros atributos, Argentina es reconocida en el mundo por el asado, más precisamente por la carne. Sin embargo, la tecnología en alimentos crece a buen ritmo y más de uno, habrá oído hablar de la denominada “carne sintética” y “carne alternativa” que tratan de imitar la carne propiamente dicha de origen animal.
Ante estas nuevas opciones en la góndola, y cartas de restaurante, cabe preguntarse qué oportunidades tiene en el mercado argentino, cuando por ejemplo el consumo (aparente) per cápita de carne vacuna en junio alcanzó 52,9 kg, según CICCRA.
¿Puede convertirse en una amenaza para la carne de origen animal? ¿Quiénes están dispuestos a consumirla?
De acuerdo a los 10 interrogantes de la carne sintética planteados por los técnicos Diego Gauna y Mariano Perez Filgueira del INTA, se conoce como carne sintética o carne cultivada a aquella carne producida por medio del cultivo de células en un laboratorio. Para producir un kilo de carne de laboratorio deben producirse aproximadamente 50.000 millones de células fuera de animal (ex vivo), replicando in vitro la formación de fibras musculares, que luego se cosechan y procesan.
En tanto, Gauna coordinador del área de prospectiva del Centro de Investigación en Economía y Prospectiva de INTA, señaló: “Las llamadas carnes sustitutas o alternativas, se realizan a través de la aplicación de técnicas derivadas de la ingeniería de tejidos e ingeniería genética. Se trata de nuevos procesos que intentan replicar la consistencia y sabor de la carne, pero sin matanza de animales y aclaró “Actualmente, los desarrollos sólo permiten generar carne picada y apuntan a un consumidor de nicho, no es lo mismo que la hamburguesa de lentejas sino que se replica la hamburguesa de carne pero no utilizando proteína animal”.
¿Es carne o no es carne?
La inclusión del término carne en el concepto ha despertado algunas inquietudes. Tan es así, que según el técnico del INTA, las principales asociaciones de productores ganaderos del mundo están haciendo un gran esfuerzo para que se modifique esa denominación y se evite usar el término “carne” para dichos desarrollos. “Exigen que aquellas producidas de manera artificial sean etiquetada con un término que no incluya la palabra carne, por ej. tejido muscular, pero que no se use la palabra carne para vender algo que no lo es”, explicó a Agrofy News.
¿La trazabilidad va a determinar el consumo?
En cuanto a las oportunidades que tiene la carne sintética o alternativa en Argentina, Agrofy News consultó a Sofía Corina, ingeniera agrónoma de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), quién resaltó: “En nuestro país, el consumo de carne está muy ligado a la cultura. Por ejemplo: al asado, al rito de juntarse con amigos y en familia”, y analizó: “En Argentina, la demanda va a dictar que es lo que se va a querer consumir, si hay una tendencia creciente de personas que deciden no consumir carne animal, allí hay una posibilidad para la sintética y también por la mayor conciencia ambiental que últimamente se está viendo en los jóvenes”.
Un tema no menor que aparece en esta carta de opciones de “carnes” es la trazabilidad. Al respecto, Corina advirtió: “El consumidor es cada vez más exigente en cuanto a querer saber que se está llevando a la boca y esto, alcanza a todos los procesos productivos”, y detalló: “En cuanto a la carne animal, aquella que produjeron a base pastoril tendrá mayor aceptación; y en el caso de la sintética, se va a tener en cuenta el uso de aditivos, creería que se va a evitar para crear una carne sintética, porque podría llegar a tener un rechazo por parte de los consumidores”.
En este sentido, según la encuesta realizada por la Fundación CEDEF (Centro de Estudios para el Desarrollo Federal) en diciembre de 2018, al consultar sobre una serie de atributos asociados a la carne cultivada en laboratorio, el resultado indicó que la percepción más positiva está vinculada a la ética y la relación con el medio ambiente de los productos de la agricultura celular, mientras que los de más baja ponderación tienen que ver con el aspecto, apariencia, sabor, posibilidades de preparación, sabor y lo saludable de los mismos.
Sobre la encuesta, cabe aclarar que fue dirigida especialmente al segmento participante de las Jornadas de Inmersión en AgTech de Silicon Valley Forum en Rosario, en la cual se trató la temática de Agricultura Celular.
Gauna califica “deluxe” el consumo de carnes artificiales, y detalló: “Ir a un restaurante y comer una hamburguesa que supuestamente tiene mejores estándares ambientales porque no hay sacrificios de animales para la producción y supuestamente reduciría la deforestación, pensando que la ganadería ocupa hoy un lugar importante en el espacio físico. Es importante aclarar que la huella ambiental de la ganadería argentina está en proceso de discusión y muchos investigadores argumentan que en realidad la ganadería argentina tiene balance positivo neto de carbono. Es un tema sujeto a una investigación muy activa”.
Gran escala y costos
Tanto Gauna como Corina coinciden en que una de las limitantes y desafíos que enfrenta la producción de carne sintética es el costo de hacerlo a gran escala. Para Corina, es un proceso. “Todavía se está estudiando y naturalmente la tecnología baja el costo a través de los años”, indicó.
En términos de industria de la carne, el técnico del INTA aseguró que Argentina apuesta a otra cosa: “Generar carne de calidad, y de nicho”. No obstante, apuntó: “Actualmente los costos de la carne cultivada no son competitivos, pero sí de acá a unos años gana mercado porque se vuelve muy barata, puede generar incertidumbre sobre la producción ganadera. Hoy, se trata de un negocio de producción de tecnología para que esa carne sea viable”.
En la misma línea, Corina destacó que “la producción de carne sintética tiene que ser competitiva para que aquellos países emergentes puedan acceder a este tipo de carnes”, y argumentó: “Hay una tendencia creciente al consumo de carne en el mundo por parte de estos países como India, y China. La capacidad de producción de carne animal del mundo no da abasto para satisfacer esa demanda, por lo tanto, también surgen estas alternativas que tratan de emular el sabor a la carne, pero no lo son”.
Por su parte, Gauna no considera que la producción de carne alternativa sea una amenaza porque tiene un consumidor bien dirigido, y los costos de producción no van hacer muy diferentes de la carne tradicional.
¿Qué dicen los potenciales consumidores?
Todos los estudios que se han hecho sobre la percepción de los consumidores, son bastantes heterogéneos. Para Gauna, si bien cada uno puede producir lo que quiere, hay que preguntarse si el consumidor está dispuesto a pagar por eso.
Una encuesta de Intal Latinobarómetro realizada a aproximadamente a 20.000 habitantes de América Latina arrojó que el 17 % de los millenials de Argentina estarían dispuestos a consumir carne artificial.
En tanto, el estudio de Fundación CEDEF también arrojó que mientras que 5 de cada 10 afirmaron que consumirían como alternativa o complemento de la carne que comen actualmente el tejido cultivado en laboratorio, solo 3 de cada 10 lo harían como reemplazo.
Por Agrofy News