Hasta el año 2001 Chile era un exportador marginal de carne porcina –como lo es actualmente la Argentina– con operaciones por unas pocas miles de toneladas anuales. Pero a partir de 2002 comenzó la escalada exportadora hasta lograr un volumen de 149.180 toneladas en 2018 para ocupar el sexto lugar en el ranking mundial (se prevé que este año subiría un escalónpara llegar al quinto puesto).
Como Chile no se autoabastece de maíz –uno de los principales insumos para producir cerdos– debe importar buena parte del cereal. Y el principal proveedor de ese recurso es la Argentina, que en 2018 envió 1,83 millones de toneladas a su vecino (95% de la importación total chilena del período).
Cuatro destinos explicaron en 2018 el 87% de las ventas totales, dos de los cuales son de alto valor, mientras que los restantes dos corresponden a mercados de cortes congelados baratos, permitiendo así lograr una adecuada integración de la carcasa del cerdo.
El primer destino en volumen es China con compras por 43.044 toneladas a un valor FOB promedio de 1265 u$s/tonelada, según datos oficiales (Odepa) correspondientes al año 2018. Rusia el año pasado importó 28.689 tonelada a un valor medio de 2710 u$s/tonelada.
Japón, por su parte, en 2018 compró cortes porcinos chilenos por 26.553 toneladas a un precio promedio de 4630 u$s/tonelada, mientras que Corea del Sur adquirió 32.239 toneladas a 3883 u$s/tonelada.
Además de contar con una macroeconomía ordenada, buena parte del éxito exportador de la industria porcina chilena se sustentó en la integración con naciones clave al contar con Tratados de Libre Comercio con Corea del Sur (2004) y China (2006) y un Acuerdo de Asociación Económica con Japón (2007).
Las colocaciones de carne porcina congelada en China por parte de Brasil tienen el arancel de ingreso del 12%, mientras que Argentina, recientemente habilitada a exportar carne porcina al mercado asiático, probablemente deba pagar el mismo arancel. Chile, al tener un Tratado de Libre Comercio con China, tiene arancel cero para ingresar carne de cualquier tipo a ese destino. EE.UU. es la nación más comprometida al tener que afrontar un arancel del 62% para ingresar al mercado chino.