Agosto 10, 2020 3:08 pm

El desafío de La Carne Vacuna Argentina: «Sin apoyo del Estado y sin Seguridad Jurídica, el Sector apuesta a futuro»

Por Ganados y Carnes
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La producción de Carne Vacuna Argentina enfrenta desafíos de importancia de cara a la nueva realidad.

Un fuerte  concepto se ha arraigado entre los habitantes de Asia, la Carne Vacuna te hace más fuerte.

La pandemia en los cerdos, Peste Porcina Africana, cambió el  consumo de proteínas importadas desde 2018  descubriendo tanto el Gobierno Chino como sus habitantes que había posibilidades de abastecimientos desde Sud America y además de tener calidad, inocuidad, la carne vacuna sudamericana era barata, tan barata que es capaz de ser el regular de los precios internos chinos.

La situación particular de la carne vacuna no es igual en los países de Mercosur, así Brasil mantiene un crecimiento constante de su stock bovino y de su producción, Uruguay posee un sistema de trazabilidad que genera confianza además de tener más de 2 vacas por cada Uruguayo, en tanto Argentina el rumbo que ha tenido en los últimos 30 años ha sido de pérdida de stock en relación a la población.

A la Carne Vacuna Argentina se le agotó el tiempo de seguir pensando que hacer, con falsas consignas como “Carne para los Argentinos” y una alta participación del producto en los índices de precios al consumidor que no han querido ser revisado por el INDEC, dan como resultado menos producción por habitante y por año.

En 1990 la población argentina era de 32.62 millones de personas, en ese momento había alrededor de 42 millones de cabezas, o sea 1.28 cabezas/ habitante, en la actualidad 45.4 millones de personas y 53 millones de cabezas, 1.16 cabezas/ habitante.

La encrucijada se ha cerrado con el crecimiento mundial del consumo de carne vacuna desde Asia y particularmente desde China que se ha convertido en el principal actor mundial.

La solución al dilema será poder producir más con la misma cantidad de vacas, en esto Argentina tiene mucho potencial para hacerlo, pero la decisión se demora en el tiempo ante la incertidumbre de que el Gobierno volverá a intervenir en el mercado como lo ha hecho en el pasado generando distorsiones que nos han llevado a la situación actual.

Los signos del mal de la vaca viva son contradictorios, por un lado tenemos un tasa de extracción del 26.3 %, por encima del 25.2 % que sería el esperado para los números productivos argentinos.

Por otro lado vemos que se ha desacelerado la faena de hembras, comienza la retención de vientres y aumenta la faena de machos con mayor peso, esto parece indicar que se ha comprendido desde el sector productivo lo que hay que hacer.

Cambios en la forma de comercialización local deben hacerse de manera urgente, poder colocar al menos cuartos o cortes permitirán tener una mejor distribución de lo producido, un mejor ingreso medio al vendedor minorista, pero esto es resistido por parte de la cadena que prefiere seguir con menos controles.

La mejora genética en las regiones del NEA Y NOA junto con la posibilidad de utilización granos en las etapas tempranas de crecimiento son las herramientas fundamentales que permitirán una mejora sustancial en la producción en corto plazo.

El Plan del Presidente Alberto Fernández habla de prohibir la venta en medias reses y de apoyar con reducciones impositivas a quienes produzcan más, esperemos que se concrete y que no sean promesas vacías.

Está todo dado para que arranque la Ganadería Precisa 4.0, los productores lo saben hacer, sólo resta despejar las dudas que generan la actual conducción de la Argentina.

Ing. Andrés Costamagna - Ganadosycarnes.com

 

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