Seis claves para mejorar la producción porcina
ARGENTINA - Los especialistas en nutrición animal de Provimi Argentina hacen foco en los cuidados, la importancia del ambiente y del manejo de las cerdas en esta etapa. La fase de reproducción es la que exige mayores cuidados en la producción porcina.
Por Daniel Everton (MV Nutricionista - Consultor en Nutrición para Cerdos ProvimiLatam - Cargill Animal Nutrition) y Luciano Palestro (MV Consultor Técnico para Cerdos de Provimi Argentina - Cargill Animal Nutrition).
Cualquier descuido en esta etapa representa pérdidas de productividad que pueden comprometer la rentabilidad del negocio. Si bien los beneficios de las inversiones en tecnología e innovación son más difíciles de medir, las pequeñas mejoras en los índices reproductivos son suficientes para hacer las inversiones viables.
El número de lechones destetados por hembra al año y el peso de los lechones al destete son los principales indicadores de eficiencia de la fase de reproducción, por estar íntimamente relacionados con la rentabilidad del negocio. La asociación entre ambiente y manejo de la alimentación de las cerdas ejerce una gran influencia sobre estos parámetros, indica CIAP.
Entre los principales factores de atención durante esta fase, debemos prestar atención a:
1) Condición corporal de las cerdas en el momento del parto: cuidado para no sobrealimentar las cerdas durante la gestación, haciendo que lleguen al parto con score corporal mayor que 3 (en una escala en que 1 representaría una cerda muy delgada y 5 una cerda muy gorda) y con 18-20 milímetros de espesor de tocino en el P2.
2) Acceso y calidad del agua de bebida: el ajuste de la posición del bebedero para facilitar el acceso de las cerdas al agua y su regulación (3 litros por minuto) deben ser revisados periódicamente. La no observancia de este ítem puede comprometer el consumo de ración de las cerdas. Además, el proporcionar agua fresca favorece el confort de los animales y estimula el consumo de alimento.
3) Personal capacitado y entrenado para atender las cerdas de forma adecuada.
4) Temperatura de confort térmico: tratar de aproximar la temperatura de la sala de maternidad a la zona de confort térmico de las cerdas (12ºC a 20ºC) y garantizar un ambiente de confort térmico suplementario para los lechones (28ºC a 32ºC). De Bragança et al. (1998) demuestran que el consumo de ración de cerdas jóvenes fue un 43% menor en hembras sometidas a 30ºC comparadas a aquellas sometidas a 20ºC durante la lactancia.
5) Alimentar a las cerdas durante períodos de temperatura más amena del día, aumentar el número de comidas, mantener el alimento fresco en el comedero; mojar la ración (2,5 a 3,0 litros de agua por kilo de ración) y mantener los comederos limpios son factores que estimulan el consumo de alimento. Las prácticas mencionadas pueden incrementar de 3% a 12% el consumo de alimento durante la lactancia.
6) Tecnología de formulación de raciones para atender las necesidades fisiológicas y nutricionales de las cerdas: además de garantizar un óptimo desempeño durante el parto y la lactancia, favorecer un menor intervalo de destete-estro y una mayor tasa de concepción en el parto subsiguiente.
La adopción estratégica de estos seis puntos de manejo estimulará el consumo de ración de las cerdas y, consecuentemente, disminuirán las pérdidas corporales, garantizando una condición corporal adecuada al final de la lactancia, se optimizará el crecimiento de la camada y disminuirá el intervalo de destete-estro y la tasa de concepción y la longevidad de las cerdas.
Además del consumo de alimento, las altas temperaturas también afectan a la fisiología de las cerdas. El estudio comparando cerdas sometidas a diferentes temperaturas (20 versus 30ºC) durante la lactancia, pero bajo el mismo consumo de ración, indicó que hembras sometidas a 30ºC tuvieron menor pérdida de peso corporal y menor crecimiento de la camada comparada a aquellas sometidas a 20ºC incluso con un consumo de ración equivalente (De Bragança et al., 1998).
Estos resultados sugieren que, además del consumo de ración, altas temperaturas ambientales por sí solas ya son suficientes para afectar la capacidad de producción de leche de las cerdas, reforzando la asociación del ambiente y del manejo alimentario de cerdas con el peso de los lechones al destete.
Consideraciones finales
El éxito de la eficiencia reproductiva de una granja de cerdos, traducido por el número de lechones destetados por hembra al año y por el peso de los lechones al destete, puede ser, en gran parte, asociado al adecuado manejo ambiental y nutricional de las cerdas.
Las altas temperaturas han afectado la tasa de ovulación, la calidad de ovocitos y la mortalidad embrionaria, pudiendo acarrear pérdidas importantes en cuanto al número de lechones producidos por hembra al año. Las altas temperaturas también generan un impacto importante sobre el consumo de ración de las cerdas y, por consiguiente, la producción de leche y el peso de la leche al destete.
Algunas estrategias de manejo en la alimentación y tecnologías de formulación de raciones han presentado resultados positivos en este escenario, innovando en la optimización de resultados de hembras muy prolíficas.