Sin embargo, en 2017, se produjeron poco más de 19 millones de dosis de vacuna, 4 millones menos que el año anterior, poniendo en riesgo el futuro de los programas de vacunación obligatoria de la Argentina.
“Se denota apatía en el control de esta zoonosis. Hay que continuar vacunando, las esporas están al acecho, y las lluvias y temperatura altas pueden activar mecanismos de infección sobre bovinos susceptibles”, indicó Noseda. Y advirtió: “que no hayan aparecido focos durante 2017 es auspicioso, pero no asegura que no vayan a ocurrir en años venideros, las esporas Bacillus anthracis sobreviven en los suelos durante decenas de años”.
Finalmente, el informe destaca que la vacunación anual de las categorías susceptibles, la eliminación adecuada de los cadáveres tras una muerte súbita y la intervención oportuna de la autoridad sanitaria, son las herramientas que permiten proteger la salud bovina y humana.
Fuente: Sembrando Noticias