La SEQUÍA ha puesto al desnudo la debilidad del mercado de ganados y carnes argentino, mostrando que sólo con consumo interno no es posible desarrollar la actividad, la gran presión sobre el bolsillo de los argentinos hace que el consumo caiga, los precios se deprimen y las pérdidas de rentabilidad son la consecuencia.
Durante mucho tiempo se viene discutiendo si consumo interno o exportación, no hay que discutir más es consumo interno mas exportación, lo que hacen los demás países que compiten con nosotros.
El Comercio global sólo intercambia el 15 % de los artículos producidos por los países, el resto se coloca en consumo interno.
Han pasado 30 años donde el mundo ha evolucionado, las comunicaciones es un ejemplo claro de esto, pero en Argentina la cría de ganado bovino no cambió en ese lapso de tiempo.
Algunos cambios hubo, disminuyo el stock de hacienda y creció la población argentina, teníamos 4 vacas por habitante, ahora tenemos 1.1 vaca por habitante.
Las oportunidades coyunturales permitieron desarrollar algunas actividades y profesionalizarlas, los engordes a corral son una muestra de esto, aprovechando granos baratos o hacienda barata, consolidándose el sector gracias a deficiencias del criador y coyunturas de mercado.
Esto permitió incorporar los granos en la alimentación de los animales, mejorar las ganancias de peso medias, acortando el periodo de engorde, sino se hubieran desarrollado el abastecimiento del mercado interno hubiera sido imposible.
El sector agropecuario en general no logra entender que unido podrá progresar, dividido por producción, se le facilita mucho a los gobiernos para no generar políticas y leyes de largo plazo para el sector agropecuario.
La ganadería argentina tiene nuevamente una oportunidad, aunque parece que no estamos preparados para tomarla.
Consolidar el mercado y que crezca la producción es una necesidad, debemos tener parámetros razonables para que las inversiones lleguen al sector de producción de carnes, para ello las reglas de juego claras son las que a pesar de las coyunturas se sostienen, por más dolorosas y antipopulares que resulten. (bajar el peso de faena en hembras es una medida en contra de la producción, por ejemplo).
El Presidente del IPCVA, Ulises Forte, dijo: “Argentina no tiene techo de producción, China no tiene techo para importar carne”, para poder aprovechar la oportunidad no alcanza con un éxito rotundo en ferias internacionales, luego hay que cumplir con las expectativas generadas, lo único que necesita el sector es rentabilidad para poder aumentar la producción.
El equipo argentino tiene figuras brillantes, tenemos los conocimientos, las tecnologías, la genética, los campos, los procesos, las industrias; nuestro Director Técnico está confundido y no define la estragia, muy parecido a la SELECCIÓN ARGENTINA.
Ing. Andres Costamagna – Ganados y Carnes