Matilde, la niña fanática de Braford que sabe todo sobre la raza

Tiene diez años y con solo mirar un animal, puede identificar su línea genética. Sus amigas piensan que está loca pero su padre, para darle el gusto, decidió empezar una cabaña.

La juventud estuvo presente en el Mundial Braford que se desarrolló en la localidad de Riachuelo, Corrientes. Pero un caso muy particular se dio con Matilde Zurbriggen que solo tiene diez años y ya puede distinguir, con solo mirar un animal, cuál es su línea genética, es decir, quiénes son sus padres.
Se pasea por la muestra acariciando a las terneras y hasta se anima a subirse a un enorme toro de casi mil kilos. Después observa las líneas del animal, su musculatura, el ángulo del prepucio y determina que se trata de un reproductor de la cabaña cordobesa Rancho Grande, de la familia Peirano.
“Mi papá se impresiona porque yo veo un animal y digo el pedigree sin que me lo digan. Leo mucho las revistas, los catálogos, y estoy en el campo y observo”, dijo en diálogo con Clarín Rural, y agregó: “Soy muy fan de Rancho Grande y del genetista (Gustavo) Ambroggio, es mi favorito, sabe mucho y sacó un montón de grandes campeones”.
De los Braford en particular, a Matilde la enamora la mansedumbre, pero aclara que le gusta todo.
Le armarán una cabaña
Matilde es oriunda del departamento de Castellanos, en el centro santafesino. Se crió entre el pueblo y el campo, porque su familia tiene un establecimiento ganadero donde ahora, viendo la pasión de su hija, su padre Martín decidió empezar a armar una cabaña Braford. “Tenemos algunos toros de tres años o cuatro que son comprados. Después tenemos un toro propio de dos años y un corral de diez toros de un año. De a poco vamos ir armando la cabaña para nuestro propio rodeo y para salir a vender”, explica como una auténtica productora.
Matilde tiene un camino marcado
En su tiempo libre, además de mirar bovinos, Matilde le dedica sus buenas horas a la equitación. Y por supuesto, como toda niña, a estar con sus amigas. “Mis amigas me miran como una loca. Hay algunas que no les importa nada, pero a otras les gusta y me piden que les enseñe”.
-Me imagino que ya estás pensando lo que vas a hacer cuando termines la escuela.
-Veterinaria y genética.
La respuesta es clara y contundente. Todavía no terminó la primaria, pero para Matilde Zubriggen ya hay un camino marcado. (Lucas Villamil – Clarín)