El sector porcino argentino crece gracias al consumo interno
La porcicultura nacional presentó un crecimiento considerable durante las últimas dos décadas, pasó de 2 525 500 animales beneficiados en el año 2000 a 7 676 000 en el 2022, esto representa un crecimiento del 204%.
En lo referente a producción de carne (equivalente res) para el año 2000 era de 223 000 toneladas (t), este valor se ubicó en 723 000 para el año 2022, aumentando un 224% según datos del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de Argentina (MAGyP, 2022).
Evolución del sector
El principal motor que impulso este desarrollo fue sin duda el mercado interno. En el año 2000 en Argentina se consumían 7,85 kg de carne de cerdo per cápita, para el año 2022 el consumo alcanzo los 16,6 kg, un crecimiento del 111%.
La siguiente tabla compara el consumo de carne bovina, aviar y porcina en las últimas dos décadas.
Tabla 1. Comparación consumo de carne bovina, aviar y porcina entre 2000 y 2022.
Año | 2000 | 2022 | |
---|---|---|---|
Kg per cápita/año | Participación (%) | Kg per cápita/año | Participación (%) |
Bovino | 64,5 | 65 | 48,3 | 43,5 |
---|---|---|---|---|
Aves | 26,6 | 27 | 46,2 | 41,6 |
Cerdo | 7,8 | 8 | 16,6 | 14,9 |
Total | 99 | 112 |
Fuente: MAGyP, 2022.
Como puede observarse mientras que la carne bovina descendió un 33,5% en su participación, la de ave y cerdo crecieron un 74% y 112% en su orden. Cuando analizamos el consumo total de las tres principales carnes, podemos observar que, durante las últimas dos décadas a pesar de la difícil situación económica, el consumo de proteína de origen animal (Gráfico 1), lejos de disminuir ha seguido aumentando, el cerdo fue un puntal fundamental para que esto ocurriera duplicando su participación.
Gráfico 1. Evolución del consumo de carne bovina, aviar y porcina durante el 2011 a 2022.
Durante los últimos 10 años mientras el consumo de carne bovina ha mostrado una clara tendencia a la baja, el de aves parece estar en una meseta de consumo y la de cerdo presenta una clara tendencia al crecimiento.
Exportaciones un camino que debemos retomar
El mercado externo es una de los aspectos negativos de la actualidad del sector porcino nacional, con un crecimiento muy importante a partir del año 2017 luego de un letargo histórico en este rubro, parecía que las 41 000 toneladas (t) alcanzadas en el año 2020 marcaban una consolidación de Argentina como exportador de carne porcina para el mundo (Gráfico 2). Pero nuevamente la endeble economía del país jugó una mala pasada y el precio del dólar disminuyó su competitividad, en consecuencia en 2022 se observó una caída del 70% llegando a 9 000 toneladas.
Grafico 2. Exportaciones de carne de cerdo desde el 2010 a octubre de 2022.
Es muy importante que para alcanzar las metas de crecimiento previstas para el 2030 la porcicultura retome este camino, el sector tiene condiciones agroecológicas para ser muy competitivo en el mercado internacional de la carne de cerdo.
Importaciones una amenaza siempre latente
La producción porcina Argentina convive históricamente con la amenaza de las importaciones y las variables macroeconómicas que hicieron vulnerable al sector ante el ingreso de carne importada (Gráfico 3). En 2021 se dio un crecimiento en volumen del 85%, llegando a las 41 000 t, y si bien durante 2022 este se mantuvo, sigue siendo una preocupación para el sector.
Grafico 3. Evolución de las importaciones durante el 2008 a octubre 2022.
La radiografía actual del sector es muy clara
Los datos que acabamos de mencionar demuestran que el motor de impulso en el desarrollo y consolidación del sector es el mercado interno, en el grafico número 3 podemos observar que en el periodo 2010-2022 casi el 99% de la producción nacional fue destinada a este.
Gráfico 4. Producción carne de cerdo argentina versus consumo interno (t consumidas, menos importaciones) de 2010 al 2022.
Una nueva forma de pensar la producción de cerdos en Argentina
Considerando que el motor que impulsa el desarrollo y la consolidación del sector en la actualidad es el mercado interno. Esto define las demandas y desafíos que se deben afrontar en el escenario actual y futuro.
En un país con una economía inestable, con un poder adquisitivo que en los últimos años no ha dejado de caer, es fundamental ser competitivo en el precio de la carne porcina al consumidor. Según el MAGyP, mientras la carne bovina y aviar crecieron en la comparación interanual de consumo por debajo del 1%, la de cerdo tuvo un crecimiento del 9%.
Esto debe llevar a replantear la producción porcina en los próximos años, la eficiencia integral de la cadena es y será fundamental para alcanzar la sostenibilidad económico-productiva, buscando el equilibrio en el costo de producción y no exclusivamente en el precio del cerdo.
Para esto es necesario trabajar en todos los aspectos que el productor puede manejar al 100% dentro de la granja. A esto lo denominamos “porcicultura de precisión”, lo que significa monitorear, diagnosticar y corregir todos los factores que impactan en el costo y que terminan convirtiéndose en los “enemigos invisibles” de la eficiencia.